sábado, 31 de enero de 2009

Ademar

Ademar tenía una cuenta en Suiza
ademá tenía un edema
y una enema
y un excema.
Suyo era el lema:
"Es mejor que me tema
y no que me ame".
También era suyo el poema
que decía:
"Vi en otoño florecer
la primavera de tus piernas
cuando cayeron tus medias
como hojas muertas."
Y suyo era el esquema tridimensional
asociado a la luz extrema.
Y suyo el teorema que dice:
"Es mejor no torcer un ángulo recto."
También Ademar tenía un dilema:
"Si un gato tiene siete vidas
¿tendrá también siete muertes?"
Tenía ademá un enfisema,
una diadema
una crema de afeitar
y una muchacha de Ipanema.
Pero pensándolo conciensudamente
yo también tengo un problema:
¿Quién es Ademar?


Jorge Luis Estrella

jueves, 29 de enero de 2009

Para pasar el tiempo.

Amigos te sobran, a montones
pues eres mujer y amistosa
Pero Cacho te brinda coscorrones
pues lo tienes arrumbado, como cosa.

No importa ella es buenamoza
que salva los errores, los enmienda.
Mas ruego soy alguien que no goza
y he de perecer sin una enmienda.

Dame un poquito de bolilla
brinda tu néctar de fantasía
dale paz al alma mía.

Dame tu energía que brilla
aquella que tienes sin hipocresía
o vete a la casa de tu tía.

Oscar N. Galante

miércoles, 21 de enero de 2009

¡ Qué mujer !

Sos mujer tan pispireta
a tus años los llevás
tan sutil y tan coqueta
y a tu cuerpo bien arropás.

Con los zapatos al tono
a tu escote levantás
usás bombacha " culotte"
para cuidar al de " atrás.

A los" minos " los revoleás
por senderos de fantasía.
Siempre decís: " es la mía
jamás te quedás atrás.

En fin de la vida
sos la reina sin fallar
y de la noche ni hablar
pues arremeto enseguida.

Oscar N. Galante

lunes, 12 de enero de 2009

AMORES CASEROS

Casada con un "maromo"

que parecía "palomo"

y resultó gavilán;

se van pasando los años,

su cuerpo refleja el daño

de ver el tiempo pasar.



No espera que le agradezcan
las malas noches pasadas

por penas o por amores,

nunca le ha importado nada.



Amorosa del marido
comprensiva y ordenada,

es ejemplar con sus hijos

y nunca se pide nada.



Es la primera en el alba
en preparar con cariño,

lo necesario a los niños

y la ropa del papá.



Con ritmo desesperado
prepara lo necesario

a la hora del yantar;

nadie agradece su esfuerzo

y se toman el almuerzo... sin hablar.



Ingrata pero muy bella
es la vida en el hogar,

y siempre que se comparta

el comer y el trabajar.



Ahora todo ha cambiado;
la mujer ha despertado

y no se quiere quedar,

haciendo todo lo expuesto,

con el "palomo-maromo"

que se volvió gavilán.





Emilio Medina 4/11/01