martes, 23 de junio de 2009

Facturas

La medialuna trae membrillo,
dulce de leche el cañoncito.
La panadera me ha dicho
que lo tengo pequeñito.

Le respondí: -"no te apures,
deja actuar la levadura
será tanta la sorpresa
que devendrás tartamuda".

-"Quiero aceptar tus merengues,
y comer tu bombón quisiera.
Hundirme hasta donde llegue
en tu crema pastelera".

Seriamente me observó
y anunció en tono burlón:
"no restarás en la historia
de mi pan con chicharrón".


Oscar N. Galante

domingo, 14 de junio de 2009

PLUMERO POETA 08-06-09

Entre tropo y tropo llegué tropo tarde
y no pude entrar.
Me llamó una bruja desde su ventana
y me hice el tonto, más de lo que soy.
El caballo mono me movió la cola,
la risa del muerto se murió de risa
y yo que soy tuerto de ambos mis ojos
miré para adentro y vi mi estornudo,
miré hacia el costado y vi un pez dorado,
contemplé a un cornudo metiendo los cuernos,
y no pude entrar. Habían cerrado.
Y no pude entrar. Me quedé en la puerta
con la boca muerta, con la mano herida,
con la frente erguida, con el pie descalzo.
Me quedé en la calle, callado y monótono,
me quedé quedándome como quien se queda
dentro de un plumero.
Vinieron los galgos a galguear la noche,
vinieron los buitres a buscar un voto,
vinieron los turcos a buscar las turcas,
vino un saco roto a coserse el saco.
Todos preguntaban
qué hacía tirado dentro de un plumero
y yo les decía que no pude entrar
por eso del tropo que a veces me copo
y se me hace tarde.
Entonces, un ama de casa semijaponesa
me tomó en su mano, supervigorosa,
y limpió conmigo su mueble más caro
y yo, por el polvo,
usé mi estornudo último modelo
e hice el amor con el ama de casa.
"El ama me ama" le dije a la tarde,
le dije a la puerta, le dije a la muerta,
le dije a la calle, le dije a la erguida.
Y ahora que es lunes estoy con la escoba
colgado en la alcoba o en el lavadero
y soy un plumero, plumero poeta
y todo ésto ha sido porque llegué tarde
que entre tropo y tropo tropecé conmigo
y casi me caigo
y, entre verso y verso,
porque soy poeta, poeta plumero,
digo que la quiero al ama que me ama
y así pasa el tiempo y no pasa nada.

Jorge Luis Estrella

domingo, 7 de junio de 2009

LOS DIENTES 06-06-09

"Me empiezan a lagrimear los dientes"
María Isabel Cané

A mi mujer le lagrimean los dientes
y a mí me lagrimean las tetillas, el ombligo y el alma.
La veo en la pieza chica con los lagrimeados dientes
y se me frunce el cogollo de la esperanza
pero hago como si me presentase de candidato testimonial
a oraguntán de zoológico, es decir la miro con ojos de boludo
y me chupo un dedo por las dudas no se diera cuenta.
Pero, confieso, al verla así, se me desinflan los testículos testimoniales
y se me descerebran las pocas neuronas que gracias a la poesía
conservo.
La veo poniéndose hielo en el diente izquierdo,
el que le lagrimea,
y me da ganas de pincharle un ojo a la locutora
que me mira desde la televisión
y soy capaz hasta de olvidarme del partido de tenis
que había estado mirando antes de cambiar de canal.
Pero recuerdo al ahorcado que dijo:
"Dios aprieta pero no ahorca"
y trato de serenarme pensando en la gripe porcina,
en el dengue, en la inseguridad,
en el precio de las lágrimas.
Pero, después de todo, me digo,
"estamos vivos,
y podemos gozar de una vejez patética."

Jorge Luis Estrella