
Ese invento de ser enamorado
que te pone la cara de besugo,
es real y se sufre como yugo
amarrado a la carreta del pescado.
Si despues no resulta deseado
el amor primoroso que la ofreces,
multiplicas los panes y los peces
continuando con tu cara de lenguado.
En marisco te vuelves si te mira;
cual cangrejo te pones colorado,
es mejor, pues mas caro lo has pagado,
si es sirena, la ninfa que te anima.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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