jueves, 25 de marzo de 2010

¿Por qué no soy una mosca?

¿Por qué no soy una mosca...?
Razonaba el moscardón
posado sobre una mesa
en que había una ración
de viandas suculentas.
Pues que son mis alas lentas,
y mi cuerpo gordinflón
la mosca va más ligera,
es más linda y primorosa
y de un salto, a la primera,
pega un vuelo, ¡y a otra cosa!
Y así que, filosofando,
y pensando, el moscardón,
llego la dama al salón,
y, en víendole allí posado,
tan tranquilo y tan pausado,
fue a buscar el matamoscas
para darle una lección...
¡PLAS!
¡Ay! Bien le hubiera valido
prestar mayor atención
a sí mismo, y olvidarse
de con otros compararse.
Y la mosca, mientras tanto,
revoloteaba el salón...
Uhhhh...


Blanca Barojiana

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