Y ahora la pobrecita
pregunta desorientada
¿dónde está la dentadura
que dejé sobre la cama?
Ya las medias están rotas
y los tacones gastados
pero si cierra un ojo
le parece que están sanos.
Del pelo ya ni se acuerda
¡la pelada mal no queda!
y si la esperan un rato
hasta la ceja se arregla.
Liliana Varela
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