Una décima. ¿dos...?
Sobrio un español aspira,
lo que beodo no pide
al estar así no mide,
lo que sereno suspira.
En su mente esta la idea
de ser perfecto y brillante
y no valora el tunante
lo que el vecino desea.
Cuando muy digno se enfada
por no recibir aplausos,
rompe en ira los espacios
con estrechez desatada,
y enterrándose en la nada
se le hunden los palacios.
Atentamente,
Emilio Medina M.
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