Asomado a la rendija del almario
hay un alma que mendiga suplicante,
que la dama acabe pronto del amante,
pues se orina con dolor extraordinario.
Ya era hora que el mocito pinturero,
terminase con su acción en la " josienda",
pues me meo, que no me duelen prendas,
si al servicio en mi carrera, soy primero.
He llegado a la puerta y con esmero
le levanto el sombrero al señor Roca,
¿¡ que ha ocurrido¡?,.. . ¿tenia yo tan poca?.
Solo era una corbata lo sacado,
que el Almario distraído me dejo,
cuando huyendo de un marido, me acogió.
Emilio Medina M
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