
La cabeza de lechuga
frunció sus hojas atrevida
y muy oronda y presumida
coqueteo con el repollo.
El repollo muy tranquilo
con los ojos de una papa,
miraba embelesado
al corazón de sandia.
La sandia colorada y
ofuscada le piso
la cola a la cebolla,
que comenzó a dar gritos esparciendo su aroma
que hizo llorar a toda la cocina.
El ajo afiló sus dientes
y los hundió en el corazón de una alcachofa
que saltó y arañó a la lechuga
y picó al pobre señor repollo,
este a su vez le jaló los pelos al choclo
que lloraba a lágrima viva
abrazado de la cebolla,
que también lloraba
por su cola.
Maria Fischinger - Chicago,2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario