miércoles, 23 de julio de 2008

¡ larga vida, a la pizarra !

¡ No, Liliana, no dormime !,...
es que comiendo un cordero,
despacito, con esmero,
cuidando no se termine,
se me paso placentero
el tiempo de tu palique.

A las once me acorde,
de la cita con mis damas,
pero el cordero balaba
y con ternura mire
el llanto que derramaba.
Ahora, -que ya es mañana-,
con el cordero acabado
y la familia acostada,
disfruto lo programado
por las niñas de mis ojos,
en diferido programa.

No me he quedado dormido,...
¡ larga vida, a la pizarra !.

Besos largos.

Emilio Medina M.

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