Está en ella, en mí, en todos. ¿Está?.
Sol, viento, lluvia. Nada.
¿Quién nada? Nadie.
El tiempo iba tejiendo telarañas
para ausentes arañas.
Ella arregló la casa.
¿Quién la desarregló? Yo.
Sonó el teléfono.
Una dulce voz de arpía pidió dinero.
"No hay"- le dije.
En las noches de insomnio, ella duerme.
Dios También.
Cambié de televisor
pero las películas y las noticias
seguían siendo las mismas.
La naturaleza también.
No se cayó ningún avión pero la ley de la gravedad
sigue existiendo gracias a Newton.
"Hoy no me morí"- pensé.
Tal vez mañana sea un buen día para hacerlo.
En Grecia hubieron juegos Olímpicos.
Ví a los negros correr muy rápido
y también ví caer varias marcas olímpicas.
¡Pobres las anteriores marcas!.
¿Cómo se sentirán?.
¡Qué lindo sería poder ir a Grecia para averiguarlo!
El tiempo iba tejiendo mañanitas
y tardecitas y nochecitas.
¡Y qué nochecitas!, algunas.
¿Lobo está?. "Estoy con ella".
"¿Ella, la mujer que amo?".
"Sí".
"¿Y qué hacés con ella?.
"Me la como".
"Buen provecho".
En las noches de luna
las flores duermen más abrigadas.
Los pájaros también.
Descendemos del mono gracias a Darwin.
Hacemos el amor gracias a Freud.
hay plusvalía gracias a Marx.
Todo es relativo gracias a Einstein.
Hay paz en el mundo gracias a Bush.
Jorge Luis Estrella
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